Hotel Esencia

A solo 80 kilómetros y medio de toda la ostentación y el bullicio de Cancún, hay una zona mucho más tranquila de la Riviera Maya. No obstante, los promotores inmobiliarios nunca andan demasiado lejos de ningún lugar con deslumbrantes playas de arena blanca y unas aguas tan cristalinas que se puede distinguir el tono exacto del esmalte de las uñas de los pies. Incluso en esta parte de la costa, el paladar exigente ha de esforzarse un poco por encontrar un sitio que tenga cierta personalidad y se desmarque de los grandes complejos hoteleros en los que todo está incluido. El Esencia, un hotel íntimo al lado del mar, es la antítesis del típico hotel alto y vulgar que emerge de la costa caribeña de México.

En el edificio principal del Esencia, que, antes de ser renovado, era la residencia de una duquesa europea, solo hay unas cuantas habitaciones. El resto de alojamientos incluyen desde las Jungle Suites, rodeadas por jardines al lado del mar, hasta los bungalós independientes en primera línea de playa. Independientemente del dinero que decidas gastarte, tendrías que pertenecer a la nobleza para no sentirte complacido en el Esencia.

Al igual que otros complejos hoteleros de la zona, el Esencia organiza toda una serie de actividades, entre las que se cuentan el esnórquel, las excursiones a caballo, las caminatas por la selva y el windsurf. El spa ecológico, en cambio, es un servicio exclusivo del Esencia que se rige por los principios de la medicina antigua. Además, el Hotel Esencia no tiene un único restaurante, sino tres: el Mistura, con sabores mejicanos y mediterráneos, el japonés Taiyo y una sucursal de la cadena internacional de asadores Beefbar.