Fabric

A pesar de su creatividad, la hostelería parisina se ve limitada, al menos en cierto sentido, por el carácter casi exclusivamente residencial de los edificios. No es que no nos guste su arquitectura (¡nos encanta!), pero quizá echamos en falta esos alojamientos al modo de lofts tan en boga, por ejemplo, en Nueva York. Por suerte, siempre hay una excepción, y en este caso es el hotel Fabric: una antigua fábrica textil del barrio de Oberkampf –una de las zonas más de moda de París– cuyos altos techos y paredes de ladrillo visto se desmarcan sorprendentemente de la norma.
Una antigua fábrica textil no es, en nuestra opinión, el lugar más adecuado para apostar por un estilo minimalista y monocromático. El Fabric también lo ha entendido así y ha optado por un look menos sobrio, con vivos colores y atrevidos motivos que conviven con una amplia variedad de muebles y accesorios bien escogidos, desde sillas de estilo clásico-contemporáneo hasta elementos recuperados de antiguos talleres de todo el s. XX.
Las treinta y tres habitaciones resultan bastante espaciosas para estar París y se benefician de la abundante luz natural que se filtra a través de los ventanales. Mención aparte merecen los baños de baldosas, con grandes duchas de efecto lluvia y artículos de baño de marca Terre de Mars, ecológicos y fabricados en Francia. Y aunque, como es habitual en París, no haya restaurante, el Fabric se guarda un as en la manga: no solo dispone de un pequeño gimnasio y un espacio de yoga más que dignos, sino que ofrece también un spa Bains de Marrakech que aprovecha inteligentemente el espacio dejado por el antiguo almacén.