The Carlyle, A Rosewood Hotel

Estamos en el Upper East Side, la parte más antigua y opulenta de Manhattan, donde los ricos y tremendamente clásicos pasan su tiempo, dejando el downtown a los seguidores de las tendencias y a los principiantes. Para muchos de nosotros, un viaje al Carlyle es lo más cerca que podremos estar de la historia viva de Nueva York, de los días pasados, en los que Marilyn pudo haber entrado a toda prisa por la entrada lateral para una cita con JFK.

Las recientes renovaciones no han añadido prácticamente nada nuevo, sino que han aumentado la sensación de «viaje en el tiempo» del lugar, devolviendo su brillo original a los interiores de un inconfundible estilo Imperio Británico. El Carlyle no puede molestarse en seguir las últimas tendencias de la industria hotelera; este es un lugar que funciona claramente en la creencia de que los hoteleros del siglo pasado tenían razón, y que un servicio sobrio y a la antigua sigue siendo válido... una idea que, tristemente, se queda casi para las novelas.

La ubicación es inmejorable, a un tiro de piedra de Central Park y a una manzana del Whitney Museum de Madison Avenue; además se puede ir a pie a la que probablemente sea la mejor zona de tiendas del mundo. Todo diseñador que se precie tiene una tienda a pocas manzanas de aquí, eso sin olvidar Barneys, y los cercanos barrios residenciales de lujo donde se puede observar a gente con clase.
Viajeros de negocios, tomen nota: el Carlyle no es precisamente el hotel más moderno de los hoteles de negocios, y el personal, aunque muy profesional, no será capaz de sincronizar su portátil con su PDA. Sin embargo, son hábiles con los mensajes de teléfono y discretos como nunca lo serán los estudiantes y aspirantes a actores que forman parte del personal de los hoteles del downtown. Si tu felicidad depende de salir hasta altas horas de la noche y que te fotografíen en los lugares más de moda de la ciudad, hay sitios en el downtown más adecuados (consulta en Time Out el barrio de moda de la temporada), pero si lo que deseas es experimentar el viejo Upper Manhattan, el Carlyle es el hotel ideal.