The Chedi Muscat

Muscat, la capital de Omán, está en cierto sentido en las antípodas de su llamativo vecino, Dubái. Sin monumentales islas construidas por el hombre, ni rascacielos flotantes con hoteles de siete estrellas, la riqueza de Muscat (y no nos equivoquemos, hay mucha riqueza) es más sobria, sencilla y deliberadamente menos ostentosa que el oropel estridente de Dubái.

El diseñador Jean-Michel Gathy ha traído de Europa el estilo minimalista, y lo ha mezclado con auténtica arquitectura omaní: las habitaciones son sobrias y de una tranquilidad suprema, con muchos espacios sugerentes, y las zonas públicas son una especie de zen árabe, con arcadas y piscinas espejo como guiños al estilo local. La ubicación del hotel no es menos sublime, en el Golfo de Omán, que permite disfrutar de las vistas al Golfo, con el Océano Índico detrás, o las escarpadas montañas de Muscat.

Entre sus lujos se cuentan un spa y un gimnasio muy bien equipados, pistas de tenis, dos piscinas (incluida la piscina Chedi, solo para adultos), una playa privada de 300 metros y una biblioteca, que funciona como Lounge Club para el uso exclusivo de los huéspedes de la Chedi Club Suite. El restaurante, en un gesto de falsa humildad, se llama simplemente The Restaurant; y en una ciudad no conocida precisamente por sus ofertas gastronómicas modernas y de calidad, su fusión asiática y mediterránea ha sido todo un éxito. El personal del hotel puede organizar excursiones en jeep, natación con delfines o visitas turísticas por los monumentos emblemáticos de Omán, aunque te avisamos: puede ser muy difícil dejar un enclave tan relajante y apacible.

Indicaciones para llegar al hotel:

The Chedi Muscat está aproximadamente a 15 minutos en coche del aeropuerto internacional de Muscat.