Taj Mahal Tower, Mumbai

No, no han reconvertido el Taj Mahal en un hotel, aunque este sitio es tan impresionante que bien podría ser el caso. Son muchos los que opinan que nos encontramos ante el mejor hotel de la India, que nada tiene que envidiar a los hoteles de lujo de Nueva York o París. Dada la grandilocuencia de la arquitectura india, no nos sorprendería que el hotel fuera considerado, al menos al ser contemplado desde el puerto, como la novena o la décima maravilla del mundo.

Pero lo que se aprecia desde el puerto no es sino la parte trasera del hotel. Hay quienes dicen que el arquitecto diseñó los planos en el extranjero y no visitó la zona hasta que se habían finalizado las obras. La leyenda dice que, al acercarse al hotel en barco, comprobó con horror que el hotel había sido construido de manera errónea, y se deprimió tanto que decidió saltar por la borda.

Sea o no cierto, la verdad es que su extraña disposición tiene sus ventajas: la parte «trasera» del hotel es donde se encuentran las habitaciones de invitados, sin que haya una entrada majestuosa que quite espacio, de manera que son muchas las habitaciones que ofrecen unas hermosas vistas al puerto. Y lo que podría haber sido un camino o una escalinata de entrada es en realidad una piscina y un patio, mientras que la entrada real del hotel es tan discreta que casi pasa desapercibida.

Bombay es una ciudad caótica y abarrotada, cuna de la industria cinematográfica del país, entre otras. Al igual que gran parte de la India, ofrece un curioso juego de contrastes; la opulencia del hotel Taj Mahal coexiste con el ruido y la contaminación de las calles de la ciudad. Las mejores habitaciones tienen unas vistas espectaculares al océano, mientras que los menos afortunados podrán contemplar desde sus ventanas los caóticos tejados de las casas, un panorama sin duda curioso y digno de ver, aunque quizás no el más adecuado para copar las portadas de las revistas de viajes. El ala más reciente del hotel, la Tower Wing, aunque lujosa, resulta algo aséptica si la comparamos con la Heritage Wing, que se remonta al año 1903 y es testigo de la historia del hotel, con un libro de invitados que recoge el nombre de los viajeros más célebres que han pasado por el hotel durante el último siglo.

El hotel pone a la disposición de sus huéspedes nada más y nada menos que cinco restaurantes y tres bares, así como todas las comodidades que uno pueda imaginarse. Sin embargo, no salir de él sería un auténtico pecado. La vida nocturna de Bombay es apasionante e incluso los viajeros menos curiosos pueden encontrar algo digno de ver en esta extraordinaria ciudad, ya sean los inmensos jardines Victoria o una sencilla partida de críquet.