Hotel St. Paul

La fachada beaux arts de este edificio histórico de diez plantas, situado en pleno Vieux Montréal, contrasta fuertemente con los interiores modernos y minimalistas del St. Paul Hotel, tan luminosos y etéreos que parecen sacados de una revista de diseño. El vestíbulo está decorado con muebles elegantes y contemporáneos dispuestos en torno a una chimenea de alabastro translúcida: hay que verlo para creerlo. Como muchos de los edificios reconvertidos del casco antiguo de Montreal, el St. Paul se caracteriza por su amplitud de espacios, sus techos altos y sus ventanales enormes.

Las habitaciones son tan espectaculares como el vestíbulo: además de estar decoradas con materiales tradicionales, como la madera noble brillante, el metal sin procesar y la piedra vista, lucen un estilo modernista de líneas bien definidas. La luz natural entra a raudales por los ventanales, que enmarcan vistas panorámicas del barrio antiguo, y los cuartos de baño son como museos en miniatura, con sus lavabos de mármol cuadrados y sus instalaciones elegantes. Las sillas de diseño están cubiertas de pieles de animales, y los armarios y las mesas son amplios y funcionales.

La conexión wifi gratuita y las instalaciones para reuniones del hotel son idóneas para pequeñas conferencias (de hasta 85 personas). Pero también sacarás partido al St. Paul si viajas por ocio. El bar del hotel es un lugar en el que los expertos lugareños se mezclan con los visitantes. Además, fuera del hotel, la zona de Vieux-Montréal está llena de bares, restaurantes y tiendas.