Sofitel Los Angeles at Beverly Hills

El Sofitel Los Angeles vuelve a la carga después de una renovación que pone las reformas de la mayoría de los hoteles a la altura de meras limpiezas de primavera. No queda rastro de aquel estilo marchito del sur de Francia que parecía casi insolentemente fuera de lugar en la periferia de Beverly Hills. Ahora no cabe duda de que este hotel de 295 habitaciones es un hotel de ciudad, puede que hasta ligeramente parisino, con su tejado abuhardillado, sus balconcitos franceses y sus flamantes interiores postminimalistas y urbanos.

Las habitaciones son sencillas y elegantes, con colores sobrios y tonos crema, además de amplios espacios y numerosas comodidades, desde las camas con edredones de plumas hasta los televisores con pantalla plana de alta definición. Tanto la cama como el televisor se ven desde una ventana del cuarto de baño, tal como se acostumbra ahora, solo que, en este caso, se vuelve opaca con solo darle a un interruptor, así se elimina de un plumazo la principal pega que el norteamericano medio suele verle al diseño exhibicionista de los hoteles boutique.

A decir verdad, esa es la clave de cualquier hotel estadounidense, sea del tamaño que fuere: lograr que resulte aceptable tanto para los defensores como para los detractores del diseño, sin soluciones intermedias que no satisfagan a nadie. Aunque sabe muy bien lo que es la elegancia urbana vanguardista —tiene un bar Rande Gerber y un restaurante Kerry Simon—, al Sofitel Los Angeles no se le va la mano con la ostentosidad propia de los hoteles para famosos y gente importante. Y es que hay cuestiones —como el spa, el gimnasio y la piscina— mucho más importantes que el diseño.

Indicaciones para llegar al hotel:

El Sofitel Los Ángeles está a 25 minutos en coche del aeropuerto internacional de Los Ángeles, pero el trayecto puede durar hasta una hora dependiendo del tráfico. Hay servicio de aparcacoches (de pago).