The Mandrake Hotel

Algunos de los hoteles boutique de lujo londinenses son de un gusto tan exquisito que resultan casi invisibles, como si quisieran ofrecer al huésped un lienzo en blanco sobre el cual proyectar su propia personalidad. Y luego está el Mandrake. Situado en una zona relativamente tranquila de Fitzrovia, el establecimiento es lo más parecido a un mundo de fantasía: un hotel boutique compuesto por 34 habitaciones inmersas en una atmósfera realmente mágica. Todas están distribuidas alrededor de un patio cubierto de cascadas de jazmín y flores de la pasión.

Después de todo, Mandrake significa «mandrágora», una planta de raíz alucinógena muy apreciada entre los practicantes del ocultismo. Eso quizá influya en que la estancia aquí pueda acabar siendo una experiencia transformadora. Las habitaciones, con suntuosos textiles de profundos tonos oscuros y una iluminación teatral, proponen un viaje al Lejano Oriente con salida desde el Londres victoriano. Aunque todas las estancias son indiscutiblemente lujosas, hay un ático con jacuzzi bajo un techo retráctil en la azotea que puede competir con el mejor de los alojamientos de Londres.

Yopo, el restaurante, propone una cocina moderna europea con sabores sudamericanos y un claro interés por lo crudo y las plantas. Dotado de un pequeño teatro interior y enfocado al arte y el cine, el Mandrake contribuye a su manera a la reputación de Londres como capital cultural. Si te fijas, estás igual de cerca de las productoras de cine y televisión de Soho como de los teatros del West End o las tiendas de Oxford Street.