Post Hotel & Spa

Los urbanitas que viajan por placer, como mucho, sobrevuelan Alberta de camino a su destino vacacional y los amantes del esquí que viven en la costa irán a Whistler o Tahoe o incluso a Park City o Vail antes que aventurarse a llegar a esta parte del oeste de Canadá. Pero aquí se encuentra el Lake Louise, la joya de las Montañas Rocosas de Canadá, en pleno Parque Nacional de Banff.

Este hotel de montaña original de la Segunda Guerra Mundial que se convertiría luego en el Post Hotel pasó por las manos de uno de los principales estudios de arquitectura de Canadá; se conservó el tejado rojo, pero todo lo demás constituye una adaptación absolutamente contemporánea de la tradición rústica. Las zonas comunes son cálidas y acogedoras, con paneles y techos de madera; destaca, sobre todo, la biblioteca, con sus escaleras corredizas, como las de las librerías.

Las habitaciones son cómodas y están provistas de sólidos muebles de madera de pino y unas camas enormes. Muchas de ellas están equipadas con chimenea de piedra natural y bañera de hidromasaje, y la mayoría tienen balcones privados desde los que se domina el campo de Lake Louise. Las suites más grandes disponen de una habitación tipo loft y una sala de estar independiente.

No cabe duda de que Lake Louise es un paraíso para los esquiadores, aunque también es un destino muy atractivo fuera de temporada, cuando los precios son más asequibles. La pesca con mosca y el rafting son auténticas religiones en la zona, y hay seis campos de golf a 90 minutos del hotel.

En cuanto a la comida, olvídate de la cocina típica de los hoteles de las estaciones de esquí: el restaurante del Post es uno de los mejores de Alberta y su bodega tampoco se queda corta; por otro lado, el protocolo no rige una vestimenta excesivamente formal. La cecina de alce americano queda absolutamente descartada; el jefe de cocina Hans Sauter se formó en Suiza y ha trabajado en hoteles 5 estrellas por todo el mundo en los últimos 35 años.