Dune Hua-Hin

Ya se sabe como son estas cosas. El destino más popular del momento siempre es el que tiene la mezcla justa de encanto natural, accesibilidad geográfica y exclusividad: un lugar que es más novedoso que los destinos asentados (léase en este caso Bangkok o Phuket) pero que tiene suficiente tráfico como para permitir cierta infraestructura (es decir, que tampoco sea la Antártida o la isla de Perdidos). Hoy por hoy, el destino del momento en Tailandia es Hua Hin, y un vistazo a un hotel como el Dune es más que suficiente para entender por qué.


Incluso llamarlo hotel parece exagerado. Son solo cuatro habitaciones y una suite, una pequeña construcción al lado de la playa. Tiene todas las comodidades de un hotel, solo que en miniatura: una pequeña piscina en la azotea, con sus hamacas y su vista del mar; un bar restaurante exquisitamente decorado también en la azotea, y si bien no hay un enorme pabellón de spa independiente, puede disfrutar de los servicios balnearios en la intimidad de su habitación.


Por cierto, una habitación que tendrá mucho estilo, sea cual sea la que escoja. El mobiliario es de líneas rectas y moderno, y más que un poco lujoso: todas tienen canapés, algunas en balcones privados. Todas ellas están equipadas con todo lo imaginable, desde soportes para iPod hasta televisiones LCD, y los cuartos de baño, con chorros de masaje y productos de aseo de alta gama, son del tipo que le hacen sentir que necesita inmediatamente una cita en el spa. Es en buena medida la antítesis de la muy manida experiencia de resort en Phuket, por ejemplo. Si quiere ver cómo Tailandia se mantiene en lo más alto del turismo internacional, no busque más lejos.