Hostal de La Gavina

Cuando abrió sus puertas allá por 1932, el Hostal de la Gavina ya debía de parecer salido del pasado. Situado entre las extensas praderas y los rocosos acantilados de un promontorio que sobresale hacia el Mediterráneo, es un mundo meticulosamente conservado, lleno de valiosas antigüedades, elaborados tapices, finas sedas y brillantes candelabros. Al caminar por la propiedad, uno podría imaginarse un encuentro con Dalí pintando al aire libre junto a una escarpada pendiente, o con Ava Gardner tomando el sol al lado de la piscina, en plena juventud, cuando en aquella época firmaron los libros de huéspedes por primera vez. Aunque Barcelona esté a tan solo una hora bajando por la costa, parece que queda a medio siglo de distancia. El Hostal de la Gavina, como gran parte de la espectacular Costa Brava de Cataluña, se mantiene maravillosamente perdido en el tiempo.

Las habitaciones son poco convencionales y eclécticas: algunas de un estilo mediterráneo relativamente conservador, con paredes de estucado blanco y suelos de cerámica, otras muy floridas, llenas de sedas estampadas y ribetes de oro. Sin embargo, todas ellas comparten una frescura (ayudada por una gran dosis de sol) que no se esperaría de espacios amueblados de forma tan clásica. Como en muchos de los hoteles europeos clásicos, un ascenso de categoría significa un gran cambio. Las habitaciones varían desde las pequeñas hasta las más amplias, con vistas al mar desde los balcones, una ventaja que solo se disfruta en las categorías superiores.

Podrías fácilmente pasar un día entero deambulando por los terrenos del complejo: pasear por los jardines y caminos que bordean la costa, reposar en la zona de la piscina, recibir tratamientos de spa, aprender las sutilezas del tenis en tierra batida, disfrutar de sosegados platos de mariscos frescos locales o de la cocina catalana. Fuera, podrás disfrutar de la hermosura rústica de la Costa Brava, con sus antiguas ciudades amuralladas y sus castillos medievales, entre los que encontrarás pequeños viñedos y playas resguardadas. Podrás realizar muchas actividades, desde jugar al golf hasta volar en un globo aerostático, pero la mejor es sin duda conducir por las colinas y disfrutar del paisaje.

Nota: el Hostal de la Gavina es un hotel de temporada y abre desde el mes de abril hasta el mes de octubre. Se pueden realizar reservas para el resto de meses previa solicitud.

Instrucciones para llegar al hotel:
El Hostal de la Gavina queda a 105 km de Barcelona, subiendo por la costa.