Radisson Collection Hotel, Royal Copenhagen

El SAS Royal Copenhague, diseñado desde sus cimientos por el legendario arquitecto danés Arne Jacobsen, posiblemente sea el primer hotel de diseñador del mundo. Jacobsen se encargó hasta del último detalle: desde el mobiliario personalizado (sus famosas sillas Egg y Swan fueron diseñadas cuando tenía este proyecto en mente) hasta el perfil abrupto y altísimo del edificio que lo alberga, inspirado en la fachada de cristal del original Lever House de Nueva York.

Desde entonces, el hotel ha sufrido una renovación completa y, aunque las sillas Egg y Swan siguen dominando el vestíbulo, el resto de los interiores no se encuentran precisamente en la misma condición de exposición en un museo. La habitación 606 es una excepción. Esta habitación no se ha tocado desde entonces y se encuentra tal como la diseñó Jacobsen: un pequeño santuario con el espíritu de la década de los 60, momento dorado del diseño modernista escandinavo y el año en que el SAS Royal, primer rascacielos de Copenhague, fue terminado.

Los que visiten esta ciudad por motivos diferentes al estudio de la historia del diseño se alegrarán de comprobar que detrás de una fachada de los 50 se esconde un moderno hotel de lujo. Las puertas y muebles no pueden ser más contemporáneos: un diseño danés que probablemente será objeto de estudio dentro de 40 años (quizá lo conserven también en la habitación 707). El exterior del rascacielos de cristal puede parecer menos acogedor, pero ofrece al interior una gran cantidad de luz natural, ya que las ventanas se extienden de pared a pared, e incluso dan la vuelta en las esquinas.

Las suites se encuentran en la vigésima planta y todas tienen una espectacular vista panorámica de la ciudad de Copenhague. Alberto K, el restaurante italiano, también está en la última planta y cuenta con las mismas impresionantes vistas. En la planta baja el Café Royal ofrece un ambiente informal y el mobiliario de Arne Jacobsen, y, por su parte, el Royal Bar es un salón con bastante sabor a antaño, con un ambiente cómodo y tranquilo, amenizado con interpretaciones de piano por las noches entre semana.

Las instalaciones deportivas son bastante completas, aunque no dispone de piscina. Las salas para conferencias son modelo de la eficacia escandinava y están equipadas con acceso a internet de alta velocidad, Además, está disponible el asesoramiento por parte de un experto en organización de reuniones para todo lo que tenga que ver con planificación y logística. El SAS Royal es, en cuanto a funcionalidad, es un clásico hotel moderno de negocios y de lujo, pero, estéticamente se equipara a establecimientos de lujo y gran diseño, quizá debido a la época en que fue concebido, en la que el diseño pretendía mejorar la vida de las masas y no simplemente ser un telón de fondo para un estilo de vida bohemio y elegante. Es sorprendentemente accesible y sin pretensiones. Si te gusta la arquitectura o estudias esta disciplina, Copenhague posee joyas imperdibles y el SAS Royal es una de ellas.