Planters Inn

El Planters Inn se encuentra en la confluencia de las calles Meeting y Market, en el corazón de la histórica Charleston, ciudad de Carolina del Sur. El edificio, que nació en 1844 como mercado de bienes secos y fue ampliado en 1997 hasta adoptar su forma actual, se asemeja ahora a una auténtica mansión sureña, hospitalidad incluida. Sumido en la ajetreada y céntrica zona de Charleston, el Planters Inn cuenta con un apacible patio interior, decorado con fuentes y palmeras, que ofrece momentos de quietud totalmente contradictorios con el entorno urbano que rodea al hotel.

La decoración de las habitaciones es opulenta, de lujoso estilo sureño, con techos altos, camas con dosel, y una amplia variedad de muebles clásicos y objetos artísticos. Algunas tienen chimeneas de gas, y otras dan a una serie de arcadas con vistas al patio interior. El Planters Inn se divide en dos estructuras: el edificio original que albergaba el almacén Hornick’s Dry Goods contiene la mayor parte del hotel, y la parte añadida en 1997, situada al otro lado del patio, cuenta con 21 habitaciones más, sin incluir la sala Garden Room.

Aunque ya como hotel es magnífico, el Planters Inn puede presumir de un extraordinario restaurante, posiblemente el mejor de todo Charleston: el Peninsula Grill, una reproducción consciente de los elegantes restaurantes de principios del siglo XX, que ostenta tantas estrellas Mobil y distintivos AAA que resulta imposible mencionarlos aquí. Su éxito reside en una combinación de encanto sureño y seducción neoyorquina, pero una seducción elegante, más ligada a las canciones de Sinatra que a Sexo en Nueva York. Si prefieres optar por la cocina sureña más tradicional, no dudes en acudir a Hank's, producto de la asociación entre Planters Inn y Peninsula Grill; este restaurante supone otra reminiscencia, pero esta vez de una clásica casa de pescadores de los años 40.

En cualquier caso, las opciones van mucho más allá de estos dos restaurantes, por muy alta que sea su calidad: el Planters Inn está rodeado de bistrós y bares, así como de tiendas de antigüedades y exclusivas boutiques. Por si fuera poco, The Battery, barrio teatral por excelencia, y el Waterfront Park están a pocos minutos andando, flanqueados por ejemplos meticulosamente conservados de arquitectura charlestoniana del siglo XIX.