SINA Centurion Palace

Cuando se trata de vivir la vida moderna, rodeado por recuerdos del pasado, no hay nadie que lo haga mejor que los italianos. Pues por detrás de la fachada de estilo gótico veneciano en el exterior de este antiguo convento, existe algo completamente distinto: un hotel boutique de lujo moderno. Situado en la desembocadura del Gran Canal, con la laguna de Venecia por un lado y estrechos callejones por el otro, el escenario que rodea el Palacio Centurión es tan típicamente veneciano que ni por un sólo segundo durante su estancia se olvidará de que está en Venecia.

Los interiores, aunque modernos, no son exactamente una ruptura obvia con la tradición local. Todas las habitaciones son diferentes, pero cada una luce con un papel pintado intrinco o con una abundancia de tapicerías, a menudo de color rojo real. El color dorado de las paredes y de los pisos de las salas de baño rememoran la envoltura de un caramelo, mientras que la torsión, como raíces, de los tallos de muchas de las lámparas parecen inspirados por las obras del Guggenheim, justo al lado del hotel. Las suites, muchas de ellas con balcón privado, tienen las mejores vistas, sobre todo las que dan hacia el Gran Canal.

El barrio circundante es hogar a la Basílica de Santa Maria della Salute, a la Plaza de San Marcos y al museo del arte contemporáneo de Punta della Dogana, además del susodicho museo Guggenheim. Esta colección de vecinos emblemáticos alrededor del Centurion Palace se presta como prueba convincente de que la Venecia de hoy en día es mucho más que un mero homenaje a su pasado, mucho más que un monumento a punto de hundirse en las aguas del mar Adriático.