The Ritz-Carlton Tokyo

La noticia del flamante Midtown de Tokio (un inmenso centro multiusos construido en Roppongi) ha tenido una gran cobertura; el tema ha hecho correr más ríos de tinta que algunas guerras y golpes de estado del Tercer Mundo. Se considera uno de los templos del comercio minorista de Tokio, con establecimientos como el primer Richard James que se abre fuera de Londres y la primera tienda de artículos del hogar Muji, y ha irrumpido en el mundo de la hotelería con nada menos que el primer Ritz-Carlton de la ciudad.
El hotel no está nada mal situado: no se pueden describir con palabras las vistas que se dominan desde Midtown Tower, el edificio más alto de la ciudad. En los interiores se respira cierta madurez, una sutil adaptación del estilo clásico del Ritz-Carlton, aunque los muebles pasan desapercibidos al lado del vasto paisaje urbano de Tokio.
El comedimiento no es una de las virtudes del hotel —el martini diamante, con una piedra de Bulgari de 11.000 euros en el fondo, es un buen ejemplo—, pero la pureza de líneas oriental rebaja en cierta medida sus excesos. Al igual que la mayoría de los hoteles de categoría de Tokio, no sólo es un hotel de negocios de alto nivel, sino también un lugar de ensueño para una escapada de fin de semana. Además de abundantes instalaciones de negocios, el Ritz-Carlton de Tokio ofrece un spa completo y un organizador de bodas exclusivo, por no hablar de su proximidad a muchas de las mejores tiendas del mundo.