Shangri-La Hotel Singapore

Singapur tiene un asombroso número de hoteles impresionantes por metro cuadrado, y el Shangri-La ha sido uno de los mejores durante tres décadas.

No tema, apenas hay detalles reconocibles de los setenta. Tras una profunda renovación, el Shangri-La ha pasado de ser una fantasía colonial opulenta a convertirse en un hotel más elegante, sofisticado y contemporáneo, nada anticuado ni kitsch.

También brilla por su ausencia el nuevo estilo internacional, ese minimalismo impersonal que se muestra en las revistas de diseño. Si bien es cierto que presenta algunas características comunes, como los espacios abiertos y el ladrillo de vidrio de los cuartos de baño, tiene un marcado estilo local. No hay peligro de que se despierte creyendo que está en Estocolmo o en Barcelona.

En cuanto a los servicios y comodidades, bajo la nueva estética del Shangri-La se encuentra el mismo hotel de siempre, en el que se han alojado una infinidad de personalidades y jefes de Estado. El ala Valley es especialmente lujosa, con sus enormes habitaciones y su entrada y su vestíbulo independientes. Todas están equipadas con televisores con pantalla de cristal líquido, incluso en los cuartos de baño, y las suites están atendidas por mayordomos particulares. El ala Garden rodea un atrio descomunal, cuya vegetación no tiene nada que envidiar a la de los famosos jardines botánicos de Singapur.

Cinco restaurantes, un bar de vinos, una pastelería, amplias instalaciones para negocios, y todas las opciones deportivas que usted pueda tolerar, son ofrecimientos normales en este tipo de hotel. No sabrá lo que es un servicio impecable hasta le hayan mimado al estilo oriental, y el Shangri-La es un magnífico ejemplo de ello.