Domaine Les Crayeres

Este castillo de cuento de hadas fue en su día propiedad de Madame Pommery, aquella vivaz mujer conocida en el mundo del champán por ser la eterna rival de la viuda de Clicquot. Aún hoy, Les Crayeres conserva el espíritu de la región de Champaña. Los jardines en los que se encuentra han sido esmeradamente cuidados, con caminos de piedra que serpentean entre los árboles que plantó hace años la mismísima Madame Pommery. Dentro del hotel, las paredes del hall han sido decoradas con retratos de mujeres de tez transparente y hombres con pelucas. Los dormitorios tienen enormes cojines, y finísima muselina en tonos azul claro, plata y rosa sobre las ventanas, las camas y las alfombras. El salón destaca por su altísimo techo y sus imponentes candelabros, mientras que el comedor es una obra maestra de finales del siglo pasado, con sus querubines, tapices y destellos dorados.

Empiece el día con delicioso queso de cabra fresco y un café, y después cuente las horas que le quedan hasta el almuerzo. La cocina de Gérard Boyer, que ha recibido tres estrellas de la Guía Michelín, es sencillamente exquisita e increíblemente sencilla: pargo recién pescado, sopa de hongos, y tiernos medallones de ternera. Al encontrarnos en Reims, abunda el champán, que fluye sin cesar, y el foie gras. Intente visitarnos durante la temporada de las trufas, cuando casi todos los platos son elaborados a base de hongos, y podrá disfrutar de nuestro entrante estrella, la trufa asada en croute. Durante el verano, la cena se sirve en el jardín del castillo. Aunque hay quienes dicen que la cocina francesa es incompatible con las comidas al aire libre, Boyer es un chef abierto y alegre, y es precisamente el ambiente sencillo y sin pretensiones lo que diferencia a Les Crayeres de otros hoteles.

Si desea visitar los alrededores, Les Crayeres se encargará de organizarle al momento una visita guiada y gratuita por los viñedos Pommery, que incluye una cata. Sin duda, una experiencia inolvidable. Vaya donde vaya, puede estar seguro de que su anfitrión, el chef Gérard Boyer, hará todo lo que está en sus manos para asegurarse de que se sienta como en casa.