The Ritz-Carlton Osaka

Tal vez sería de esperar que un Ritz-Carlton japonés se apartase del manual de estilo de la cadena e hiciera algunas concesiones a las tradiciones locales; nada más lejos de la realidad. El único aspecto inconfundible japonés del Ritz-Carlton Osaka es su ubicación en las últimas plantas de un edificio alto de usos diversos; por lo demás, se trata de un Ritz-Carlton tradicional europeo donde los haya.
Si lo que busca es diseño, francamente, no se encuentra en el lugar adecuado; pero si sabe apreciar los valores tradicionales de la hostelería, aquí se sentirá a gusto. Se respira un ambiente sumamente regio, y las habitaciones, de una comodidad exquisita, están equipadas con todos los artilugios necesarios y con los clásicos cuartos de baño de mármol italianos. Desde algunas se dominan los edificios de la ciudad perfilados contra el horizonte y desde otras, la bahía; en ambos casos, las vistas son espectaculares.
Es razonable que uno de los restaurantes sea japonés, y un francés, un italiano y un cantonés completan la oferta gastronómica. La hora del té resulta un tanto extraña en un país que nunca ha sido británico; el esfuerzo por ceñirse a las directrices del Ritz-Carlton es admirable. Y qué decir del servicio... Las posibilidades de tener algún problema en un hotel que, además de formar parte de un grupo hotelero ya famoso por su servicio, se encuentra en un país como Japón son prácticamente inexistentes.