Grand Hotel Vesuvio

Tras ser erigido en 1882, el Grand Hotel Vesuvio no tardó en convertirse en el clásico hotel de Nápoles. Entre las personalidades que se alojaron en el hotel durante sus primera época, se encuentran Oscar Wilde, Guy de Maupassant, y Enrico Caruso, quien, en 1921, pasó aquí la última noche de su vida, siguiendo la trayectoria de numerosos artistas que han muerto en grandes hoteles. El hotel fue destruido casi por completo en un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial. Tras una minuciosa labor de reconstrucción, volvió a inaugurarse en 1950 con un éxito rotundo: en él se hospedaron figuras de la categoría de Rita Hayworth y Grace Kelly. Desde entonces, el Grand Hotel Vesuvio ha sido el alojamiento napolitano favorito de estrellas de cine, estadistas, y otras celebridades.
Pero vamos a dejar los chismes a un lado, que no se trata de contar una historia sensacionalista; lo que realmente importa es su hospitalidad, su antiguo y majestuoso edificio y sus vistas a la Bahía de Nápoles, dominando Sorrento, la isla de Capri y el Vesubio. Las habitaciones pertenecen, sin reservas, a otra época, mientras que las instalaciones son absolutamente modernas, con una gama personalizada de productos de baño y televisión vía satélite, que intenta, sin éxito, desviar nuestra atención del sublime panorama.
El restaurante fue bautizado en honor al Sr. Caruso, un gourmet sin igual, y su espectacular ubicación sobre la novena planta atenta contra el protagonismo de la cocina. El Echia Club es el gimnasio y el centro de relajación del hotel, en el que se ofrecen productos de la marca Bulgari. Los adictos al ejercicio podrán desahogarse en la sala de entrenamiento cardiovascular; aunque, teniendo en cuenta la naturaleza decadente del Grand Hotel, creemos que la mayoría de los huéspedes se decantarán por los servicios de relajación y spa.