Grand Hotel Parker's

Nápoles es una urbe en la que hay que armarse de paciencia. No obstante, a parte de las carreras de taxi angustiosas, los ciudadanos engreídos y un volcán a punto de explotar al lado, están la elegante curva que dibuja la costa, las preciosas joyas arquitectónicas y los barrios en cuestas empinadas, como si fueran las gradas de un estadio preparadas para contemplar el espectáculo de las aguas azules del Mediterráneo.
Desde 1870, el Grand Hotel ocupa un lugar prominente en el Corso Vittorio Emanuele, desde donde se domina el panorama grandioso del mar, las palmeras y los tejados de las casas. Las habitaciones y suites, majestuosas y tradicionales, están decoradas con antigüedades de estilo imperio y muchas tienen unas vistas sensacionales al puerto. Los cuartos de baño son auténticas obras de arte en mármol. Ocho de las suites están dispuestas en dos niveles, de modo que parecen apartamentos completamente equipados, perfectos para estancias más largas. Las zonas comunes también son elegantes, pero ninguna puede compararse con las dos terrazas de la azotea, donde los huéspedes pueden deleitarse contemplando el paisaje urbano.
Una de estas terrazas, bordeada por una columnata de farolas de hierro con forma de mujer, forma parte del George’s Restaurant, con dos estrellas Michelin (el único de la ciudad) y dirigido por el chef Domenico Candela, que se disfruta mejor al anochecer, con una comida mediterránea de varios platos. El segundo restaurante, Muse, y el VI Piano Lounge & Terrace están bajo la dirección del chef Vincenzo Fioravante, y el histórico Bidder Bar, reencarnado en el extravagante Bond Point 0025, cuenta con la maestría del barman Antonio Boccia.