The Huntley Hotel

Hace unos años, este espléndido lugar de Santa Mónica, a una manzana de Third Street Promenade y a dos de la playa, se desperdiciaba con el típico hotel antiguo y anodino de una cadena hotelera; aunque, a decir verdad, su ubicación casi hacía que pareciera un hotel especial. El Huntley apunta un poco más alto: Santa Mónica no tiene un auténtico hotel boutique moderno, y ese es el vacío que el Huntley trata de llenar.
Y parece que lo consigue. El bar-restaurante Penthouse suele estar de bote en bote, no solo por la comida, sino también por el ambiente: el salón luce un estilo retro y selecto, y, con las carpas privadas (sin piscina), en las mesas se respira el ambiente de una fiesta privada. El diseño es obra de Thomas Shoos, el diseñador de algunos de los mejores restaurantes de Santa Mónica, y las demás zonas comunes del hotel (así como las habitaciones, en cierta medida) también llevan su sello.
No obstante, hoy en día un mero local nocturno de moda no basta para catapultar a un hotel al éxito. Por suerte, las habitaciones del Huntley no han sido una idea de último momento ni mucho menos. Son pequeñas a la par que cómodas y están provistas de todos los lujos imprescindibles: camas coronadas con almohadas, ropa de cama fina italiana, televisores con pantalla de plasma de 42 pulgadas y artículos de baño de primera. Las vistas de la ciudad no están nada mal, y las de la playa y la costa son todavía mejores. Por lo que se refiere a las vistas, el espacio y los extras (por ejemplo, las bañeras grandes), las mejores suites son las que ha diseñado Shoos.