St Martins Lane Hotel

En el ambiente de hoteles boutique de Londres, el St Martins Lane lleva mucho tiempo marcando la pauta. La distintiva irreverencia de Phillipe Starck crea un contraste muy marcado con la norma inglesa inspirada en la casa urbana de aire campestre. Tim Andreas, con una potente mezcla de elementos alocados, barrocos y minimalistas, diseñó sus interiores en base a esa filosofía: una nueva visión del explorado tema del resort urbano.

Es un mundo totalmente distinto, un lugar poblado de asientos en forma de dientes de oro, piezas de ajedrez a escala humana, y una genuina búsqueda de juegos visuales. Probablemente pasará algún tiempo en el Den, el centro ecléctico del hotel y el punto ideal para disfrutar de charcutería y champaña. De ahí se puede trasladar a Asia de Cuba, una caprichosa proyección de la cocina chino-latina, de haber la misma evolucionado durante medio siglo. Los cócteles de té, emblemáticos de Andrew Loudon, exigen su atención en Blind Spot, una dorada celebración de la historia de la exótica hoja, en un lugar guardado tras una entrada escondida junto al lobby. No se preocupe, de alguna manera lo encontrará.

Arriba le esperan habitaciones tipo loft y de planta abierta salpicadas con mobiliario bajo para ampliar el efecto de las abundantes ventanas de suelo a techo; estas otorgan impresionantes vistas del centro de Londres, uno de los beneficios de actualizar una manzana de oficinas de los años sesenta en lugar de alguna mansión georgiana. Los huéspedes pueden elegir de una gama completa de colores a través de un sistema individualizado que utiliza el esquema completamente blanco de las habitaciones como lienzo para agregar los matices predilectos. El factor "wow" continúa con las disposiciones técnicas completamente integradas: un televisor de pantalla plana sobre un escritorio de laminado en vidrio dicroico, estaciones USB para cargar aparatos, y un centro mediático con vídeo HDMI y capacidad para escuchar música. Si desea una terraza privada con verdor, elija el Garden Room, que le dará el respiro necesario del tumulto eléctrico de la ciudad.

Esperamos que este refugio en el West End continúe con su fórmula alquímica, una excelente mezcla de novedad carnavalesca y juego visual conceptual que sirve de base para todo tipo de aventura en Covent Garden. Entre el salón Jones & Payne, las innovadoras rutinas de ejercicio de Gymbox, y el enjambre de tiendas boutique, podrá prepararse para lo que Londres le depare.