Knightsbridge Hotel, Firmdale Hotels

El Knightsbridge Hotel es la opción perfecta para alojarse a precios razonables en uno de los barrios más caros del mundo. El Knightsbridge es, en este sentido, el hotel ideal para los adeptos al shopping, una especie de versión junior de los hoteles que el grupo posee en Covent Garden y Charlotte Street. Esto significa que la noche le saldrá más económica y que su tarjeta de crédito sufrirá menos, algo que podrá celebrar desenvainándola cada vez que haga falta en Harrods, Harvey Nichols o en las tiendas de Sloane Street y Brompton Cross…
Aunque el edificio que lo alberga es la clásica casa unifamiliar de estilo georgiano –situada en este caso en un tranquilo callejón arbolado sin salida–, sus interiores están organizados, como era de esperar de sus dueños Tim y Kit Kemp, con ingenio y creatividad. Olvídese de la trasnochada estética “casa de campo”: lo que aquí le aguarda es un vestíbulo a rebosar de obras de arte modernas, una sala de temática africana con confortables sillones dispuestos alrededor de la chimenea y una biblioteca en tonos pastel con servicio de “honor bar”.
Impresionantes son también las habitaciones, decoradas en un estilo ecléctico similar, menos recargadas y más ligeras de lo que cabría esperar y luciendo ricas telas, equipamientos de lujo e imponentes camas con dosel. Los baños, con predominio del granito y el roble, se dotan de profundas bañeras de hierro fundido y productos de baño, cómo no, de marca Miller Harris. Equipadas asimismo con escritorios, cajas fuertes privadas e internet de banda ancha, son también adecuadas para la clientela de negocios.
El relativo minimalismo del Knightsbridge quiere que no haya restaurante, solo servicio de habitaciones y desayuno servido en las salas de estar. Esto, sin embargo, no creemos que le importe, ya que está aquí para disfrutar del barrio, no del vestíbulo. Las opciones para comer sin alejarse del hotel son muchas y de las compras ya hemos hablado. Si hay algún inconveniente es que, una vez que se acostumbre a despertar cada mañana en el hotel, quizá empiece a fantasear con la posibilidad de venirse a vivir a Londres. Sin embargo, para aquellos de nosotros que todavía no hemos empezado a buscar casa en Chelsea, siempre existirá la posibilidad de alojarnos en el Knightsbridge.