Atemporal

Aunque vuela un poco por debajo del radar, cualquiera que haya ido a la capital peruana sabe que es una ciudad es arenosa, extensa y completamente viva. La segunda ciudad más grande de América, más grande incluso que la Ciudad de México, el tamaño escarpado de Lima y las calles bulliciosas pueden ser abrumadoras incluso para el viajero más experimentado. La mejor manera de explorar la ciudad, y realmente conocerla, es con la ayuda de alguien que conoce la tierra, que puede descubrir tesoros ocultos dentro de su milenario de historia, porque una vez que comienzas a conocer este lugar, querrás aprender todos sus secretos. Atemporal es ese refugio de gracia en medio de la ciudad frenética.

El hotel se presenta como el hogar de un fotógrafo trotamundos imaginario, alguien que le ha dejado acceso completo a su mansión de estilo Tudor de 1940 en el barrio de Miraflores, su auto y su personal, con instrucciones para anticipar y satisfacer todas sus necesidades durante tu estancia. Y él quiere que ames a Lima tanto como él ama la ciudad. Atemporal es lo más cercano a una casa privada que puede llegar un hotel boutique: solo los huéspedes que se alojan en las nueve habitaciones del hotel tienen acceso a la propiedad. Las habitaciones son pequeñas pero cómodas, vestidas con una decoración moderna que aún combina con el ambiente europeo y colonial de Lima.

Incluso puedes olvidar por un minuto que estás en el corazón de una gran metrópoli latinoamericana. Pero una vez que estés listo para unirse al ajetreo y el bullicio de la ciudad, las bicicletas están disponibles gratuitamente, al igual que un automóvil con un chófer particular que puede llevarte a puntos de interés cercanos o lugares para locales al igual. Muchos visitantes vienen a Lima por la comida: esta es una ciudad en la cima de su apogeo de gastronomía. El desayuno está incluido en el precio de la estancia y hay comida fresca de origen local disponible para el servicio a la habitación las 24 horas, pero recuerda: estarás a pocos pasos de algunos de los mejores restaurantes de la ciudad, incluyendo la famosa Astrid y Gastón y Osaka.