The Murray, Hong Kong, a Niccolo Hotel

No es habitual que un hotel recién inaugurado se vea propulsado directamente a lo más alto de la escena hotelera de Hong Kong y menos habitual aún, por razones obvias, que sea el fruto de la rehabilitación de un edificio gubernamental de finales de los años 60 llevada a cabo por el eminente estudio de arquitectura londinense Foster + Partners. Queda claro pues que el Murray no es un hotel cualquiera. También hay que decir que el edificio, por raro que pueda parecer, se presta particularmente bien a su nueva función como hotel de lujo: las ventanas de esquina minimizan la incidencia directa de la luz solar ayudando así a mantener las habitaciones a la temperatura adecuada. Contribuyen asimismo las significativas mejoras efectuadas por Foster + Partners, quienes, además de ocuparse del diseño interior, han abierto el bajo a la calle y a su animación. Un detalle que, para el ministerio que tenía su sede aquí, debía ser la última de las preocupaciones…
Las 336 habitaciones y suites del Murray son, por término medio, las más amplias de la ciudad, contando con dotaciones de última generación y elegantes muebles de estilo contemporáneo. Los baños son un derroche de mármol blanco y negro de Calacatta, mientras que las suites de categoría superior, con una superficie de 75 m² o más, llevan el lujo al extremo: una prueba de que la elegancia no está reñida con el confort.
Un hotel de este tamaño y características suele estar pensado también como lugar de reunión a escala de la ciudad, por lo que no puede conformarse con un único bar-restaurante. En este sentido podrá elegir entre el Guo Fu Lou, un local de cocina cantonesa con una estrella Michelin; el Tai Pan, de cocina europea e internacional; el Popinjays, el restaurante, bar y terraza de la azotea; el Garden Lounge, un lugar donde tomar el té o hacer una comida ligera a cualquier hora del día y de la noche; y el Murray Lane, el impresionante bar situado junto al vestíbulo.