Hotel Casa Morisca

Aunque suene algo poético, el nombre de este hotel es uno de esos nombres literales y sencillos. Quiere decir simplemente “casa de árabes”, porque eso es lo que es, una residencia árabe del siglo XV, en el corazón del barrio medieval de Granada al lado del Alambra, que ha sido restaurada meticulosamente y convertida en un pequeño hotel.
Conforme con la arquitectura morisca tradicional, la casa está construida alrededor de un patio interior con una fuente, y es como si fuese un auténtico oasis de tranquilidad en medio al casco histórico de la ciudad. Algunas de las habitaciones dan al patio, otras son exteriores, y la más espectacular es la del Mirador, una especie de torre de vigilancia, en la planta superior del hotel. La habitación en cuestión es amplia y luminosa, y tiene vistas panorámicas de la ciudad y del Alambra.
La decoración del hotel es tradicional, y cada habitación luce toques especiales e individuales como pueden ser vigas expuestas, puertas abovedadas y detalles arquitectónicos originales restaurados con mucho cariño. Los cuartos de baño van revestidos de azulejos un poco recargados, pero han sido totalmente modernizados.
Se sirve el desayuno en una sala abovedada, y desde el jardín hay vistas a la torre Comares del Alambra. Casa Morisca no es un hotel en el cual esconderse del mundo. No tiene un restaurante, por ejemplo, pero es el sitio ideal desde el cual explorar todo el barrio árabe de la ciudad, y es un refugio tranquilo y encantador al cual escaparse al final del día.