Kameha Grand

No hay adjetivos suficientes para describir el regalo de los sentidos que es el Kameha Grand. El espectacular edificio con forma de ala de Karl-Heinz Schommer y los interiores de vanguardia del célebre diseñador Marcel Wanders dejan a todo el mundo con la boca abierta. El hotel apunta a una clientela muy codiciada: los huéspedes que viajan por negocios y están a la última en tendencias de la moda. Por lo tanto, el estilo corporativo brilla por su ausencia. Es más, gracias a Wanders, el huésped se siente como en un cuadro de Dalí. No obstante, en muchos aspectos, el hotel se caracteriza por la sobriedad y el sentido práctico típicos de los hoteles alemanes. Por ejemplo, la instalación geotérmica del sótano hace del Kameha Grand un hotel cien por cien ecológico.

Si bien es cierto que las habitaciones estándar son elegantes y espaciosas y no están nada mal, lo mejor del Kameha se encuentra en las suites, donde Wanders da rienda suelta a su creatividad. Cada una luce un diseño temático (y funcional) que se ha llevado al límite y raya en lo irónico. Hay habitaciones dedicadas a los juegos, otras están acondicionadas como un espacio de trabajo sumamente eficiente, y también las hay de lo más femeninas, con una iluminación muy favorecedora.

Si consigues salir de la habitación, en la azotea podrás disfrutar de una piscina que se confunde en el horizonte con el Rin. Desde las cabinas de sauna y las salas de yoga acristaladas del spa se divisa uno de los panoramas más espectaculares de Bonn. Y, como en la variedad está el gusto, el hotel ofrece un bar-restaurante francés, un bar de sushi, una infinidad de cócteles y vinos e incluso una carta de cafés y tés exóticos de todo el mundo. Es cualquier cosa menos tradicional, pero puede que represente el ideal de gran hotel moderno de la era «post boutique».