Gregans Castle Hotel

El Gregans Castle no es esa fortaleza gris en la que su nombre podría hacernos pensar, sino algo mucho más fino y sofisticado. En realidad, es una casa solariega de 250 años, conservada con mucho cuidado, renovada a fondo e inaugurada como un elegante y encantador hotel de campo: esa clase de sitio con tanta categoría que no puede permitirse alardear de las celebridades que han firmado su libro de huéspedes.
Pero el caso es que esas firmas existen y es lógico que existan: este lugar es un clásico, rodeado de jardines y senderos, con vistas a la bahía de Galway y el único paisaje rocoso del Burren. La casa dispone de 21 habitaciones y parece tener una infinidad de salas, salones y bibliotecas. Todas las habitaciones son distintas, con grandes diferencias de tamaño —desde habitaciones pequeñas hasta suites inmensas— y sutiles diferencias de estilo —desde las habitaciones más tradicionales y antiguas hasta las suites ligeramente más contemporáneas y nuevas.
Puesto que se trata de un hotel de campo y no de un complejo hotelero con todo incluido, los servicios del Gregans Castle son los indispensables. En el comedor se sirven especialidades de la cocina irlandesa moderna, a base de ingredientes de la zona y de la región, como la ternera y el cordero de Burren y el marisco del Atlántico. El paraje accidentado y rocoso es digno de explorar y hay lugares idóneos para golfistas, pero, por la noche, puede que los huéspedes no tengan otra opción que relacionarse entre ellos en el Corkscrew Bar o en el salón: ese estilo de vida tradicional que tantas veces hemos visto en las películas o en nuestro propio entorno.