The Little Nell

No es una hazaña menor ser considerado la sensación de Aspen. Esta ciudad, pequeña y acogedora, en el corazón de las Rocosas, es el destino de vacaciones de invierno por excelencia en Estados Unidos para todo aquel que se precie de tener estilo, sepa esquiar o no. Bautizado con el nombre de una dama que gobernó la ciudad, Little Nell ha mantenido su legado de hospitalidad. En otros aspectos, no obstante, al igual que el resto de Aspen, ha subido de categoría.
Little Nell es el corazón del Aspen más sofisticado, donde Gary Cooper brindó una vez con Hedy Lemarr. Es la versión americana de Badrutts, en St. Moritz. Quizá es el lugar lo que le hace tan grandioso; está situado a sólo unos pasos de la Silver Queen Gondola, todo un símbolo de prestigio. Con sus techos inclinados y chimenea en todas las habitaciones, Little Nell es menos ostentoso que su rival, el St. Regis, y sin embargo puede que sea más elitista. La mejor habitación es con mucho la suite Elizabeth Paepcke, con sus techos de 6 metros de altura, sus suelos de mármol con calefacción y una salida privada que da directamente a la Silver Queen, para que no tenga que hacer la cola de la telecabina. Tanto la gente de la zona como los clientes del hotel se arremolinan en los alrededores del restaurante, cálidamente iluminado, que sirve un tipo cocina que nunca se habría imaginado encontrar en las montañas del Oeste: foie-gras, ravioli de cangrejo y aguacate, y una bodega con 11.000 botellas de vino. Está considerado el mejor restaurante de la ciudad.