The Pavilions Amsterdam, The Toren

Los hoteles acondicionados en las casas que bordean los canales de Ámsterdam –famosos por lo noble de sus materiales y lo histórico de su atmósfera– mantienen una dura pugna entre sí. Aun así, el Toren Hotel consigue desmarcarse. Su situación en pleno corazón de la zona de los canales no puede ser más pintoresca, lo mismo que el edificio, que celebró no hace mucho su cuarto centenario. Con todo, sus dueños no se contentaron con apostar únicamente por la ubicación y requirieron los servicios del interiorista Wim van de Oudeweetering, quien vistió el hotel con suntuosas telas, llamativos colores, atrevidos motivos y detalles casi teatrales, todo tan cuidado que podría calificarse de barroco si no fuera por su enfoque eminentemente contemporáneo.
Todas las habitaciones, incluso las más básicas, resultan acogedoras y tienen personalidad propia gracias a que se ha conservado la planta tradicional del edificio. Algunas tienen vistas al canal y, subiendo de categoría, las deluxes y las suites son mucho más espaciosas. Del edificio primitivo se conserva asimismo la escalera de caracol típica de las casas de los canales de Ámsterdam, lo cual ayuda a crear una atmósfera más de residencia particular que de hotel (y lo que también quiere decir que no es accesible para personas con movilidad reducida). No tiene tampoco restaurante, pero su ubicación en el Keizersgracht y la ayuda de su amable personal le abrirán un enorme abanico de posibilidades.