De L'Europe Amsterdam

Deje los albergues juveniles y las cafeterías para los mochileros. La fachada de estilo renacentista de este gran hotel de siglos de antigüedad —que, por cierto, pertenece a la familia Heineken— es una señal de lo que los huéspedes encontrarán en el interior. El Hotel De L’Europe goza de una ubicación de lo más céntrica a orillas del Amstel. Es lógico que sean los mandamases quienes frecuenten el selecto restaurante y el salón verde botella del hotel.

Los aficionados a la cultura también disfrutarán de lo lindo. Veintitrés de las ciento once habitaciones están acordonadas en una especie de atrio de museo. Se trata de las suites Dutch Masters, lofts de artistas de lujo, decorados con reproducciones de cuadros del Rijksmuseum y con un estilo histórico, a juego con las obras de arte. El resto de las habitaciones no son mucho menos opulentas; hasta en las más básicas se mezclan detalles antiguos y modernidades como el suelo radiante. Las de mayor categoría son muy variadas, desde la del ático con terraza privada hasta la dedicada a Van Gogh, con un techo estrellado.

Desde este punto del río se puede ir a pie a una infinidad de locales nocturnos, museos y restaurantes, aunque la amplia oferta culinaria del hotel atraerá al más pintado. Hay cuatro restaurantes para todos los gustos: desde el restaurante Flore con dos estrellas Michelin (y la designación de gastronomía sostenible), hasta la elegancia informal del Freddy’s Bar, bautizado en honor a Freddy Heineken, cuya colección de arte privada ha servido para decorar gran parte de los interiores. También hay un salón para fumadores con una cava de puros, así como un gimnasio con piscina cubierta climatizada, un servicio muy poco común en el centro de Ámsterdam.