Charming House DD.724

Venecia es una de las ciudades más hermosas del mundo. Hoteles, desde luego, no le faltan, pero, realmente, no hay ninguno como el DD.724, un hotel con mucho estilo (y muy pequeño) que se resiste a la tendencia de los palazzi antiguos de postal, con un resultado excelente. Después de todo, estar en Venecia es estar sumido en la gran riqueza histórica de este antiquísimo lugar único y hay quienes opinan que el hecho de alojarse en un hotel abarrotado de antigüedades y reproducciones de obras de arte desvirtuaría un poco la experiencia.

La tendencia actual es poner a los hoteles el nombre de la calle en la que están situados. Este es el caso del DD.724, que se enclava en un callejón tranquilo del barrio de Dorsduro, muy cerca de la Colección Peggy Guggenheim y la Galería de la Academia. La entrada del hotel no está señalizada (otra razón de peso para que los hoteles lleven el nombre de la calle), pero, una vez dentro, no hay duda de que nos encontramos en el lugar indicado. En lugar del clima inmaculado de museo de arte que se respira en demasiados hoteles boutique, los propietarios y los arquitectos del DD.724 han creado un ambiente muy agradable, a base de colores apagados, cálidos, y ocres y marrones terrosos.

El diseño de la iluminación, fundamental para que ningún espacio sea pequeño, sino acogedor, es correcto y las paredes están adornadas con cuadros y fotografías. Las habitaciones incluyen tecnología moderna de líneas elegantes, como los televisores de pantalla de cristal líquido y la conexión a Internet de alta velocidad. Si bien es cierto que la disposición de cada una de las siete habitaciones es única, la comodidad y el gusto son el común denominador de todas ellas. El desayuno se sirve en una biblioteca de libros de arte y, en la época estival, los huéspedes almuerzan en una plataforma del canal de la Giudecca, que se encuentra a pocos minutos del hotel. El DD.724 no tiene restaurante, pero sí servicio de habitaciones. Los huéspedes pueden dar un paseo por la ciudad y buscar un sitio para cenar, pero, después de saciar el apetito, desearán dejar los palacios renacentistas para los turistas y regresar al Charming House.