Park Hyatt Paris - Vendôme

Deje que los turistas se extasíen ante la rimbombante fachada del Hotel Ritz de la plaza Vendôme. Quienes gastan su dinero con cabeza prefieren fijarse –y probablemente alojarse– en el Park Hyatt Paris-Vendôme, a solo unos pasos del anterior y acondicionado en un conjunto de antiguos edificios de oficinas de estilo haussmanniano rehabilitados con gusto y con apenas un pequeño rótulo que señale su presencia.
Lo importante aquí, claro está, es el interior, diseñado por el arquitecto estadounidense Ed Tuttle y cortado por el mismo patrón que su magistral Amanresorts –una lectura contemporánea del estilo oriental– y el no menos elegante y sutil Park Hyatt Milano. El sello característico de Tuttle hace que los materiales de siempre vuelvan a parecernos novedosos: sin necesidad de resinas futuristas o cuero blanco, el Park Hyatt es un juego de tonos arenisca y caoba oscuro con una paleta de negros y tonalidades tostadas que crean una sutil atmósfera zen.
Las habitaciones, suntuosas, saben transmitir sensación de serenidad sin caer en el minimalismo. El lujo se da por descontado en cualquier Park Hyatt. La diferencia aquí radica en lo inspirado del diseño, que combina tonos neutros, texturas aterciopeladas y luces tamizadas con una mezcla de muebles antiguos y modernos hasta acabar transformando las siluetas clásicas y revistiéndolas con formas y colores decididamente contemporáneos. El espacio es abundante y sus maravillosos baños, escondidos tras paneles deslizantes, disponen de calefacción por suelo radiante, profundas bañeras y lavabos dentro de las duchas de piedra para un afeitado más placentero.
Las instalaciones incluyen un espléndido baño de vapor y un spa en el nivel inferior y numerosas salas de reuniones, zonas de estar y salones: las zonas comunes del Park Hyatt están pensadas para ser vividas y son casi tan exquisitas como las habitaciones. El restaurante, como era de esperar, apuesta por la alta cocina francesa actual, mientras que el bar, asomado al patio interior, invita a tomar un cóctel y a disfrutar de un inesperado momento al aire libre en pleno corazón de París.
Con respecto a la situación, en París es imposible afirmar con rotundidad qué hotel es realmente céntrico. Lo que es indudable en todo caso, es que la plaza Vendôme le pone todo lo bueno que la ciudad tiene para ofrecer al alcance de la mano y que hay peores castigos que alojarse a unos minutos de las tiendas de la Avenue Montaigne o la Rue du Faubourg Saint Honoré y a un paso de lugares tan famosos como los Campos Elíseos o la Place de la Concorde…