The Ritz-Carlton Orlando, Grande Lakes

A veces tenemos sentimientos encontrados hacia las grandes cadenas hoteleras y preferimos arriesgarnos con hoteles pequeños y únicos. Sin embargo, en una ciudad como Orlando, no dudamos en optar por la agradable coherencia de los Ritz-Carlton.
Si bien es cierto que Walt Disney no construyó Orlando, esta es su ciudad, y la de Disney, aunque no solo es la sede de Disney World, sino también la de Sea World y Universal Orlando Resort. Se supone que también es una ciudad normal, con las oficinas y establecimientos de rigor, pero la mayoría de las personas que va a Orlando está de vacaciones, y muchas viajan con sus hijos.
Está claro que el Ritz-Carlton es un hotel idóneo para cualquiera que desee huir de los parques temáticos, si bien el hotel tiene su parque particular, el extenso Grand Lakes, con sus naranjales y su campo de golf diseñado por Greg Norman. Además, no encontrará ni una sola mascota disfrazada.
El hotel propiamente dicho se atiene a la fórmula Ritz-Carlton de probada calidad: habitaciones amplias y opulentas, el estilo de un palazzo mediterráneo, un servicio profesional y tradicional y unos servicios que son la envidia de los hoteles de menor categoría. Todas las habitaciones están provistas de balcón con vistas a los jardines del complejo hotelero, pero las Club Level de la última planta tienen las mejores vistas (y un servicio aún más atento). Las instalaciones de spa son amplísimas, las de golf, de primera, la piscina del JW Marriot contiguo, enorme, y el restaurante Norman’s (llamado así por Norman Van Aken, el ganador del premio James Beard, no por Greg, el golfista) merece todos y cada uno de sus diamantes AAA (los concedidos por la American Automobile Association). Todo esto le hará olvidar por completo los parques temáticos.