The Langham, New York, Fifth Avenue

El altísimo y opulento Langham Place, Fifth Avenue da una buena idea de la clase de hotel que debe de ser el Langham Place, Fifth Avenue: un hotel por todo lo alto. Y, en efecto, lo es. Este rascacielos de sesenta plantas destaca, junto con el Empire State Building, entre los edificios de Midtown, y, como no podía ser de otro modo, la arquitectura, obra de Gwathmey Siegel & Associates, es monumental.


Es lógico preguntarse si los interiores estarán a la altura de tamaña construcción; la respuesta está en su suntuosidad, en su modernidad y en la confianza con la que están hechos. Si describiéramos esta zona como una de las más exclusivas de Manhattan, nos quedaríamos cortos —Tiffany está en la otra acera de la avenida—; así y todo, el Langham Place, Fifth Avenue encaja perfectamente en este lugar. Puede que las zonas comunes no sean como los vestíbulos, grandes y majestuosos, de los grandes hoteles, lo que significa que el Langham Place, Fifth Avenue parece un hotel mucho más habitable.


Las habitaciones de menor categoría son bastante grandes, y las Suites, con sus cocinas y sus bañeras hondas, son como un apartamento. Todas son elegantes y luminosas, gracias a sus ventanales del suelo al techo, y están amuebladas con todo el confort del diseño italiano de vanguardia. Los cuartos de baño ofrecen muchos placeres propios de un spa; aunque el auténtico spa ocupa toda la planta cuarta y se ha guardado unos cuantos ases en la manga que su cuarto de baño no puede igualar.


Si cena en el Ai Fiori y se toma unas copas en el Mercury Lounge, habrá pasado la noche en el hotel y tendrá la sensación de haber visto lo mejor de Nueva York. De más está decir que en la zona de Midtown es prácticamente donde está la acción.