Archer Hotel New York

Justo a la vuelta de la manzana del Bryant Park, en el centro del distrito de la moda, el recién estrenado Archer Hotel se ha lanzado de lleno en su esfuerzo por adoptar una identidad memorable: no sólo ha desarrollado un robusto estilo visual, también ha instituido una distintiva estrategia de servicio. Esto sucede, aparentemente, gracias al ejemplo del misterioso anfitrión, también llamado Archer, quien personifica la hospitalidad del siglo 21 en Manhattan, un tipo de mayordomo moderno, tal vez vestido de Dior Homme, que trabaja discretamente tras bastidores para anticipar cada requerimiento y satisfacer cada deseo.

Sea posible o no adjudicarle un rostro al nombre, es indudable que Archer captura las aspiraciones del establecimiento; tiene la certeza de que en el mundo contemporáneo de la hospitalidad el estilo y el contenido deben estar a la par. En este Nueva York idealizado, los mejores aspectos del diseño de la zona sur de Manhattan, como las paredes en ladrillo expuesto y los grandes espacios industriales, se combinan libremente con las influencias de los sectores del norte del distrito como elaborados trabajos en azulejos, madera suntuosamente amoldada y cabeceras de cama en piel oscura.

Las habitaciones y suites son suficientemente opulentas, con gran cantidad de espacio, mucha luz, baños eficientes y estilizados, y todas las comodidades esenciales. Pero tal vez lo más refrescante es la manera en que Archer incluye gratuitamente muchos de los beneficios extra que otros hoteles insisten en añadir a la cuenta. El wi-fi es gratis, como siempre debe ser (pero raramente lo es), como también el café, disponible en las máquinas Nespresso de las habitaciones, y el servicio nocturno de preparación de camas incluye una impresionante selección de postres y refrigerios de suplidores locales.

Mientras tanto, el restaurante del hotel, fabrik, de David Burke, sirve moderna cocina estadounidense preparada a la leña en un elegante comedor abierto, y la puerta de garaje del Bugatti Bar da acceso a un patio exterior. El mejor de los espacios comunes, sin embargo, tiene que ser Spyglass, el bar de azotea con una vista panorámica de los edificios Empire State y Chrysler.