The Principal Madrid

El hotelero español Pau Guardans cree que los hoteles deben funcionar como "motores de las comunidades locales", un concepto que guió el carácter de sus primeros dos hoteles: el Único en Madrid y el Grand Hotel Central de Barcelona, con influencia de los años 20. En su último proyecto, The Principal, ha revitalizado otro gran edificio antiguo, esta vez una joya del Renacimiento español localizado en una esquina prominente de la Gran Vía, y ha adaptado sus espaciosos interiores a los estilos de vida modernos.

La majestuosa estructura conserva muchos de los detalles arquitectónicos originales Art Deco y Art Nouveau. Los techos encumbrados, portales arqueados, barandas de acero y trabajos decorativos en piedra que datan del 1917 sirven de contrapunto a los modernos interiores de Pilar Garcia-Nieto y Luzio, una firma de diseño de Barcelona. Realizados en una fresca y serena paleta de colores como gris pizarra, camello, blanco y chocolate, el espacio tal vez luzca más New York que Madrid. Pero no es excesivamente formal: una pieza recurrente en el diseño, vista hasta al pie de una pared de antiguos retratos en óleo con marcos dorados, es la silla mariposa BKF. Las 76 habitaciones y suites tienen un poco menos personalidad que el glamoroso vestíbulo pero las comodidades son abundantes. Las duchas al ras del suelo, los sistemas de sonido con Bluetooth, el wi-fi gratuito y el servicio de té por la casa son estándar. Las habitaciones de lujo ostentan hermosas vistas hacia la avenida. Las suites, desde luego, tienen de todo: desde rincones de lectura hasta mayordomos privados, en caso de que se le dificulte oprimir el botón de ‘on’ de su máquina Nespresso.

El bar-terraza de la azotea, salpicado de olivos, es el lugar ideal para observar la puesta del sol, cóctel en mano, entre la pequeña concurrencia de elegantes madrileños que se congrega para disfrutar de una copa después del trabajo. Todo un motor de la comunidad local, ¿no es cierto?