L’Andana

L'Andana ocupa una parcela de tierra especialmente prometedora cerca de la costa toscana. La Tenuta La Badiola era el pabellón de caza del Gran Duque Leopoldo II y hoy se ha convertido en una pintoresca serie de viñedos y estribaciones bañadas por el sol: un paisaje típico italiano. Sin embargo, la tradición aristocrática de este lugar ha quedado relegada a un segundo plano y se ha impuesto una asociación con un nombre más actual, el de su propietario, el célebre chef Alain Ducasse.

El experimentado chef de hotel y hotelero juró una vez que no volvería a tener nada que ver con Italia, pero no pudo resistirse a la magia de esta zona, que se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad costera de Castiglione della Pescaia, hacia el interior. Aquí estarás lo suficientemente aislado como para esconderte durante un tiempo, si es lo que deseas, pero también lo suficientemente cerca de la pintoresca costa de la Maremma y de sitios como Siena y Lucca como para poder hacer excursiones de un día.

La comodidad no es el único atractivo de este lugar: es el típico paisaje toscano de cuento de hadas, en el que el sol descansa justo sobre las colinas, mientras tiñe de oro las hileras de parras y olivos. La primera impresión es excelente: al avanzar por el camino de un kilómetro escaso que lleva al hotel, flanqueado por cipreses y pinos piñoneros, uno comprende que se está acercando a un sitio muy especial.

El hotel propiamente dicho, con sus habitaciones y sus suites repartidas entre la antigua casa del duque y la alquería anexa, no defrauda las expectativas creadas. Los interiores, que han sido diseñados por Ettore Mochetti, el redactor italiano de Architectural Digest, son sofisticados y renuncian a los tópicos rurales en favor de un estilo más urbano y opulento. Después de todo, la aparente sencillez del hotel de campo de primera categoría constituye una pose tan estudiada como otra cualquiera, y se agradece la honradez de un hotel de lujo rural que se atreve a hacer alarde de su riqueza.

Por lo tanto, no hay ni rastro de las superficies gastadas y sin pintar ni de los muebles antiguos y disparejos que suelen encontrarse en las alquerías más típicas. Si bien es cierto que los muebles de L'Andana ostentan un estilo antiguo, han sido diseñados a medida y dispuestos entre paredes pintadas con esponja en tonos pastel y sobre flamantes suelos de madera noble. Los sofás son el colmo del sibaritismo e incluso el diván del cuarto de baño es lo suficientemente cómodo como para echar una cabezadita en él, antes o después de un baño en la enorme bañera.

En lo que se refiere al ambiente, este hotel ofrece una singular mezcla de una hostelería profesional y la intimidad de una casa de huéspedes: el desayuno se pide directamente a la cocina y se sirve en los salones o en el patio. La cena, en cambio, se sirve en el restaurante, que se encuentra en el edificio del antiguo granero, a unos 90 metros del hotel, y ofrece una carta de sencillos platos toscanos con una pizca de ingenio «ducassiano», acompañados con vinos de los viñedos de Vittorio Moretti, copropietario de L'Andana. Los ingredientes son frescos y naturales, como se acostumbra ahora, y muchos, como el aceite de oliva, son productos locales.

La antigua propiedad dispone de más de 400 hectáreas que podrás explorar a tu antojo y junto a la casa se encuentra la piscina, en la que los huéspedes suelen pasarse tardes enteras tomando el sol. También hay una pista de squash, que no se utiliza a menudo, y un nuevo campo de golf de nueve hoyos. Sin embargo, el estilo de vida deportivo de aquel pabellón de caza hoy no resulta tan atractivo como los encantos epicúreos y la tranquilidad del lugar. Si deseas descubrir algunos de los secretos culinarios del restaurante de L'Andana, el hotel ofrece cursos de cocina italiana, en los que a los futuros Ducasse se les desvelan los secretos mejor guardados de la tradición culinaria toscana.

Nota:

L'Andana es un hotel de temporada y abre durante abril hasta octubre.

Indicaciones para llegar al hotel:

El alojamiento L'Andana se encuentra aproximadamente a 2 horas y 25 minutos del aeropuerto de Roma Fiumicino - Leonardo Da Vinci y a 1 hora y media del aeropuerto internacional de Pisa Galileo Galilei.