The Mandala Hotel

En el centro de la resplandeciente nueva Postdamer Platz, en medio de un mar de futurísticos rascacielos y justo entre los complejos de las empresas Sony y Daimler Chrysler, el Mandala se perfila como una especie de oasis. Pese al bullicio en la calle, el ambiente es todo menos agobiante, con vistas a un tranquilo patio interior y balcones y terrazas con impresionantes vistas de la ciudad y el parque Tiergarten.

El estilo del Mandala es moderno, pero comedido. La recepción es sobria y sin pretensiones, lejos del diseño extravagante boutique. Aquí, la atención del diseñador se ha centrado en los espacios privados, más que en la imagen pública del hotel.

Cada una de las 166 suites del Mandala ha sido concebida de forma individual, aunque todas han sido cortadas del mismo patrón de elegancia y modernidad, limpio y vivo, nunca estéril, un estilo que recuerda más a un apartamento chic que a un hotel llamativo. Lo último que necesitamos después de lidiar con el bombardeo sensorial de la Postsdamer Platz es un hotel que nos presente otro «desafío» en este sentido. La elegante habitabilidad del Mandala es su gran atractivo.

Y el auténtico reposo se encuentra en la terraza de su restaurante, en la quinta planta, con un techo retractable de cristal que nos protege de los elementos, pero deja entrar la luz de la luna. Facil es un restaurante íntimo de 14 mesas y uno de los secretos mejor guardados de Berlín. Ofrece una gastronomía sofisticada en un entorno informal, pero con mucha clase.