Se encuentra anexo a El Poblet, una de las referencias gastronómicas de la ciudad, y destaca por su carácter casual e informal, siendo un buen lugar para vivir una experiencia divertida, compartiendo platos con amigos e incluso degustando algunas de las elaboraciones más icónicas del laureado chef Quique Dacosta (Cubalibre de foie con escarcha de limón, rúcula y pan brioche). Cuidan la puesta en escena, los maridajes, las texturas... tanto en el servicio a la carta (prueba Las patatas bravas de Vuelve Carolina que ganaron un premio en Madrid Fusión) como en sus curiosos menús: Viaje de mediodía, Vuelta al mundo y NoSóloCocina (este último combina platos y cócteles).