¡Nivelazo culinario en un pueblecito de la sierra de Grazalema! Este restaurante presenta un ambiente rústico renovado y demuestra que, tras más de 25 años de recorrido, ha ido "in crescendo" en la complejidad de su propuesta, pues da una vuelta de tuerca a la cocina tradicional mirando, cada vez más, a la huerta desde la perspectiva de la identidad; no en vano, colaboran con pequeños proyectos agroecológicos (Cultivo Desterrado en Sanlúcar de Barrameda, Extiercol en Cuevas del Becerro...) y dan muchísima relevancia a los productos locales, como los espárragos trigueros o los pistachos. ¿Qué encontrarás? La propuesta se concentra en dos maravillosos menús degustación (Celemín y Fanega) que siempre se pueden completar con platos extra que nos hablan de la "herencia" gastronómica familiar, como el famoso Rabo de toro guisado de la Antoñita o la Pierna de chivo guisada al ajillo.