Adara Hotel

En las estaciones de esquí suelen encontrarse, sobre todo, hoteles tradicionales, a medio camino entre los clásicos chalés alpinos y los hoteles de negocios de las grandes cadenas. Sin embargo, el Adara no es uno de ellos. En este caso, la intención de los propietarios del elegante Opus de Vancouver era llevar las últimas tendencias en hoteles boutique de ciudad a las pistas de Whistler y Blackomb, dos estaciones de esquí muy parecidas que, en los últimos 20 años, han pasado, si se puede hacer este, de grandes clásicos de culto a auténticos superventas. La razón de ser del Adara es, básicamente, la siguiente: las celebridades esquían en Whistler, necesitarán un bonito lugar en el que derrochar su riqueza y su fama.

Aquí las pesadas chimeneas de piedra y los incómodos muebles rústicos brillan por su ausencia. Si no fuera porque, por la ventana, se ve cómo cae la nieve sobre las pistas de esquí, las habitaciones podrían pasar por apartamentos tipo loft de Vancouver. Lo que sí tiene el Adara son todas las comodidades de un hotel de estación de esquí tradicional: cuartos de baño equipados con alta tecnología, pequeñas cocinas y espléndidas camas cubiertas de edredones de plumón.

Con solo 41 habitaciones, el Adara es más bien pequeño y carece de las completas instalaciones de algunos hoteles más grandes.

Afortunadamente, Whistler es una estación de esquí absolutamente moderna y tendrás a tu alcance todo lo que necesites. Si te resulta inconcebible alojarte en un hotel sin pistas de squash, masajes indonesios y una piscina olímpica, tendrás que seguir buscando, pero si sabes apreciar la originalidad de una silla Verner Panton en un hotel de una estación de esquí de Columbia Británica, el Adara es tu sitio.