Conservatorium Hotel Amsterdam

Lo que fue una antigua escuela de música en Ámsterdam ahora cumple un propósito completamente diferente; el Conservatorium es una reconfiguración radical del edificio Sweelinck Conservatorium, donde se han transformado sus encumbrados espacios institucionales y su construcción rica en ornamentos antiquísimos, en las instalaciones de un hotel de diseño contemporáneo con gran cantidad de personalidad y mucha amplitud para expresarla. Y como es uno de los pocos hoteles de lujo en el centro de la ciudad, ya que queda en el Museumplein, justo al lado de la avenida comercial P.C. Hoofstraat, tiene algo más a su favor.

Claro está, como hotel de lujo, el Conservatorium ofrece mucho más que estilo y localización. Como los espacios que antes fueron salones de clases y estudios cuentan con techos doblemente altos, se prestan para habitaciones y suites de dos niveles tipo loft. La insonorización, desde luego, fue algo importante que resolver ya que se trataba de mucho más que uno o dos paneles de vidrio. El diseño interior del hotel es una agradable sorpresa, aunque tal vez un tanto pasado en sutileza. En lugar de desplegar los experimentos más extremos del diseño holandés, el Conservatorium eligió a Piero Lissoni, cuya austera elegancia contemporánea le va a este edificio clásico como anillo al dedo.

El spa y centro de bienestar Akasha le suma áreas de tratamientos, un gimnasio muy generoso en espacio y una piscina de 18 metros de largo a la oferta del Conservatorium. Hay salones para conferencias y eventos que rivalizan con los de cualquier cadena de hoteles de negocios, y la selección de comida y bebida del Conservatorium también es sobresaliente. El chef Schilo van Coevorden encabeza los restaurantes: el Brasserie, de ambiente casual y platos ligeros en el espléndido patio interior, y el emblemático Taiko, que cual reluciente caja bento negra, brinda un despliegue de frescos vegetales locales de temporada integrados a espectaculares recetas del este asiático.