Delamore Lodge

Delamore Lodge es el prototipo de hotel de Nueva Zelanda: una aislada casa de huéspedes de lujo en un paraje natural increíblemente hermoso. En este caso, el telón de fondo es la Isla Waiheke, que se encuentra a 35 minutos en ferry de Auckland. El hotel, un edificio único de cuatro suites esculpido en una ladera frente a la Bahía Owhanake, es una mezcla de la arquitectura mediterránea y la decoración maorí sorprendentemente acertada.
El trazado del complejo se inspiró en la forma del matau, el hueso que tradicionalmente utilizaban como anzuelo los maoríes, y, si bien el enyesado de arena recuerda al de una villa toscana, ni uno solo de los muros es cuadrado. Por el contrario, las paredes son curvas y el tejado cae suavemente inclinado, lo que combina a la perfección con las gráciles redondeces de la ladera. Y desde esta posición privilegiada sobre la bahía, las vistas son de primera categoría: las cuatro suites, con sus patios privados y sus ventanas panorámicas, están orientadas hacia el mar, e incluso las bañeras y las duchas abiertas tienen vistas.
El ambiente es extremadamente íntimo y exclusivo, ya que el hotel solo puede alojar a un máximo de ocho huéspedes. Sin embargo, los ocho afortunados disfrutarán de instalaciones dignas de un complejo mucho más grande, entre las que destacan la zona combinada de jacuzzi y sauna en forma de gruta, y el centro de spa con servicio completo y tratamientos de masaje. Si le gusta el pescado, el chef se lo servirá recién capturado, y si no, hará lo propio con los productos típicos de la isla, entre los que se incluyen hierbas y vegetales de los jardines del hotel, y vinos de las viñas de la región. Vivirá una experiencia culinaria sorprendentemente sofisticada, con los alicientes añadidos de la intimidad y un decorado natural de una belleza extraordinaria. ¿Demasiado bueno para ser verdad? Créalo, existe.