Hotel Gritti Palace

Además de su ubicación y de su historia, lo que lo sigue convirtiendo en una referencia aún en el s. XXI es la forma en que su atmósfera centenaria se ha mantenido viva. El propio dux reconocería el decorado, al igual que antiguos huéspedes tan ilustres como W. Somerset Maugham o Ernest Hemingway. Aun así, lo más notable de los interiores del palacio es que parecen inalterados por el paso del tiempo.

Muchas de las habitaciones y suites tienen vistas al cercano Campo Santa Maria del Giglio o al propio Gran Canal. En todas ellas destacan la calidad de los materiales y la abundancia de detalles, con profusión de muebles antiguos y cristal de Murano. Todas, como era de esperar, son diferentes entre sí y aunque las suites de gama alta son las más amplias y lujosas, no hay una sola que se quede corta en lo que a lujo se refiere.

Tan “icónicos” como el propio hotel son los restaurantes del Gritti Palace. El más famoso es The Gritti Terrace, abierto en temporada y con sus mesas a escasos centímetros de las aguas del Gran Canal. Entre los hoteles de lujo se ha generalizado la costumbre de proponer clases de cocina, pero pocos alcanzan el nivel de The Gritti Epicurean School, con clases y degustaciones organizadas por el chef del hotel en una cocina diseñada especialmente al efecto.