Viceroy Bali

El Viceroy Bali no se parece en nada a ningún otro Viceroy, ni al de Los Ángeles ni al de ningún otro lugar; es un hotel familiar único en su especie, una rareza del mercado de los complejos hoteleros de lujo. Se trata de un paraje cada vez más conocido entre el creciente número de trotamundos que descubren los encantos del interior de Bali; el Viceroy se encuentra a unos minutos de Ubud, en lo alto de una ladera, desde la que se domina el exuberante y escarpado valle Lembah.

Lo conocido está bien, siempre que esté bien hecho. El hotel luce el típico lujo contemporáneo de Bali, con su pureza de líneas y sus superficies lustrosas, en las que contrastan los muebles tradicionales y los detalles tecnológicos, como, por ejemplo, los televisores con pantalla de cristal líquido de 42 pulgadas y los reproductores de DVD. El hecho de que todas las villas estén equipadas con una piscina privada puede que sea más extraordinario; algunas son desbordantes y se asoman al valle. Las villas con jardín están provistas de cuartos de baño en el interior y al aire libre, en pleno follaje, mientras que las villas con terraza ofrecen unos pabellones encaramados al valle, una especie de salón de exteriores con vistas.

También hay un pequeño salón de juntas y una sala de conferencias, por si tiene la mala suerte de tener que utilizarlos; al fin y al cabo, la plataforma de aterrizaje para helicópteros indica que algunos huéspedes son lo bastante importantes como para utilizarla. Aunque estará mucho mejor en el Akoya Spa, un lugar extraordinariamente moderno y eficiente, que, francamente, se corresponde más con el espíritu de rincón isleño idílico que cultiva el Viceroy Bali. Además, le alegrará saber que hay dos restaurantes: el Cascades, un restaurante informal abierto todo el día, con vistas sobre el valle de frondosa selva, y el elegante Apéritif Restaurant & Bar, con un impresionante comedor de estilo art déco.