Naumi Hotel Singapore

El estilo imperante en los hoteles de Singapur ha sido, durante mucho tiempo, el colonial. Hoy, en cambio, está ganando terreno una nueva generación de hoteles boutique preocupados por el diseño. En el lugar en que solía encontrarse el Metropole, un hotel económico bastante normal, ahora se alza, imponente, con su malla de acero, el Naumi, un poco más adelante del Raffles y (por suerte para los huéspedes que están aquí por negocios) a sólo unos minutos a pie del palacio de congresos.

Los interiores son escuetos y a la par exuberantes, de líneas bien definidas y colores sobrios, en contraste con detalles tan llamativos como las sillas de diseño clásico y colores vivos o los cristales con grabados ornamentales estilo papel pintado. Las habitaciones ofrecen más comodidades que la mayoría de los hoteles boutique y rayan en el lujo: las amplias mesas de trabajo, los teléfonos por Internet y la conexión inalámbrica a Internet contentan a los hombres y mujeres de negocios, mientras que los televisores de plasma de más de 42 pulgadas y las consolas Xbox y Wii hacen las delicias de los huéspedes con tiempo libre, y tanto los unos como los otros disfrutarán las cocinas integradas y los cuartos de baño, equipados con bañera y ducha independientes y productos de tocador Aesop.

El Naumi se distingue, en última instancia, por el servicio. Al llegar al hotel, a los huéspedes se les asigna un «ayudante del Naumi», una especie de conserje, mayordomo y asistente, de modo que nunca tendrán que arreglárselas solos. Hay otros detalles agradables —como la planta reservada exclusivamente para mujeres y la piscina— que superan lo estrictamente necesario en un hotel de 40 habitaciones, por no hablar del panorama que se domina desde la azotea del edificio.