Mountain Shadows Resort Scottsdale

Hace más de medio siglo, el elegante Mountain Shadows de los orígenes, situado a las afueras de Phoenix (Arizona), era uno de los escondites del mítico grupo de los Rat Pack. El suroeste de Estados Unidos vivía su época de mayor esplendor y glamour: los viajes al extranjero todavía eran raros y las estrellas de Hollywood solían pasar sus vacaciones en Palm Springs y Scottsdale. Aquel Mountain Shadows fue derribado casi por completo hace algunos años, por lo que el nuevo Mountain Shadows no es tanto una rehabilitación o una renovación como un reinicio total: una reinvención de cómo debería ser un complejo de lujo contemporáneo en Paradise Valley.
La palabra clave aquí es “contemporaneidad”. El Mountain Shadows reniega del estilo “oficial” en vigor en el área de Phoenix –con un uso muy kitsch del estuco– y opta por unas líneas más limpias y cosmopolitas para un resultado global más moderno. Los interiores siguen trasmitiendo una sensación de arraigo a la zona y eso, aun cuando la paleta de colores es en su mayor parte neutra: el hecho de que muchas habitaciones ofrezcan vistas de Camelback Mountain a través de sus grandes ventanales contribuye sin duda a ello. Por lo que a nivel de confort se refiere, todas las habitaciones cumplen con los últimos estándares de un hotel de lujo: televisores de 55 pulgadas, servicio de habitación 24 horas al día y carritos de cócteles en lugar del triste y viejo minibar.
Las piscinas gemelas de 25 metros sumadas al restaurante Hearth '61 –con terraza, lounge y bar de cócteles– constituyen el núcleo del complejo, mientras que el Citizens Club, con sus amplias instalaciones de fitness y su bar de zumos, cuida de la salud y bienestar del huésped. De esto último también se encargan el Sanctuary Spa y el Short Course, un 18 hoyos par 3 donde podrá mantener a punto sus habilidades o entrenar antes de jugar en uno de los campos de campeonato que abundan en la zona. El objetivo inicial del proyecto era volver a poner Paradise Valley en el mapa y darlo a conocer a una nueva generación. Un reto, a nuestro juicio, superado.