L'Auberge Del Mar

Un poco más allá de La Jolla, al norte de San Diego, se encuentra el selecto pueblo costero de Del Mar, y su mejor hotel, que acaba de ser renovado de arriba abajo, es L’Auberge Del Mar. Si bien es cierto que el sur de California es sinónimo de playas y de pasear descalzos, el Auberge da una imagen más elegante de la costa del Pacífico.
Al fin y al cabo se trata del Auberge, no del Surf Shack. El diseño de la casi lugareña Barclay Butera —con mucho estilo, aunque nada efectista— resulta más atractivo que el de la mayoría de los hoteles de lujo y más fino que el de la mayoría de los boutique. Las comodidades son de lujo, como todo lo que rodea al hotel, con los cuartos de baño de mármol y televisores de plasma de 42 pulgadas de rigor, y las habitaciones son acogedoras como pocas.
Además de un spa en una villa independiente del recinto, el hotel tiene gimnasio, dos pistas de tenis iluminadas y un excelente restaurante de cocina californiana, provisto de una terraza con vistas al Pacífico. El chef, galardonado con el premio James Beard, no se limita a prestar un servicio a los huéspedes del hotel; el restaurante del L’Auberge Del Mar es uno de los favoritos de la localidad, y se lo ha echado mucho de menos mientras ha estado cerrado por reformas.