Hotel de l'Image

Les Ateliers de l’Image solía ser el cine y el teatro de variedades de la ciudad y, poco a poco, fue transformándose en una galería, un taller de fotografía, un laboratorio y, por último, en un hotel de 32 habitaciones. Sin lugar a dudas, el emplazamiento del hotel es sugerente y fotogénico; Saint-Rémy-de-Provence está, como quien dice, a un tiro de piedra de los parajes que inspiraron a Van Gogh y, aunque él no fuera fotógrafo, el argumento se sostiene. Lo mismo puede decirse del hotel: una hermosa obra ejecutada en una especie de minimalismo rústico, con profusión de cristalería y madera clara, y una ausencia total de antigüedades que resulta agradable.

Quizá para abundar sutilmente en la sencillez con tintes zen de la decoración, el restaurante cuenta con una carta de especialidades híbridas franco-japonesas, que se sirven en la terraza, con los jardines y el panorama montañoso de Les Alpilles como telón de fondo. El bar sirve bebidas durante la proyección de grandes clásicos en DVD en la antigua sala de proyecciones de la localidad. También podrá utilizar los jardines, con su correspondiente laberinto, para representar su escena favorita de El año pasado en Marienbad (porque no creemos que nadie le mire con buenos ojos si decide escenificar en el césped la caza del conejo de La regla del juego de Renoir).
Aunque, llegado el caso, quizá le pidan que se lleve la película a la habitación: muchas tienen reproductores de DVD y todas ellas están equipadas con servicios indispensables como la conexión a Internet y cuartos de baño de alta tecnología. Si bien es cierto que la suite más hermosa es la de la cabaña, construida en lo alto de uno de los imponentes plátanos del complejo y unida al hotel propiamente dicho por medio de una plancha, todas las habitaciones, incluso las más humildes, cuentan con nuestra aprobación incondicional. Sin duda alguna, es un lugar que no debe dejar de visitar.